Después de pasarme la vida siendo una tímida extrema, un día decidí empezar a subir contenido a redes con una promesa muy clara: si yo, con lo vergonzosa que era, conseguía superar el miedo a la cámara… también podría ayudar a otras mujeres a hacerlo.

Hoy puedo decir con orgullo que disfruto grabando, que la cámara se ha convertido en mi aliada, y que gracias a todo lo que aprendí he creado una metodología propia y original que combina mentalidad, técnica de cámara y edición sencilla para que cada mujer se vea y se sienta auténtica, segura y orgullosa de su contenido.

Pero no siempre fui así… antes ni siquiera podía ir sola a comprar el pan. Se me cortaban las palabras, me temblaba la voz y me quedaba bloqueada. Lo único que tenía era una hambre enorme de salir adelante y un compromiso inquebrantable conmigo misma.

Hoy, gracias a ese paso a paso que transformó mi vida, mis clientas ya han grabado y publicado sus primeros vídeos en redes sociales, sintiéndose profesionales, naturales y disfrutando del proceso. Porque cuando sabes cómo hacerlo con estrategia y emoción, grabar deja de ser un miedo… y se convierte en tu mejor herramienta para brillar.